No te comas el malvavisco

Si queremos que nuestros alumnos aprendan a ser responsables y se hagan cargo de sus vidas tienen que poder tomar decisiones pensando en el largo plazo. Para lograrlo necesitan controlar sus impulsos y no hacer cosas que en el momento resultan agradables pero que a la larga los perjudican.

El control inhibitorio es la habilidad de resistir una fuerte inclinación a hacer algo y en cambio hacer lo apropiado. Implica controlar la atención, las emociones y las conductas. Por ejemplo, requiere resistir las distracciones, inhibir las ganas de darse por vencido, controlar la rabia, vencer las ganas de moverse, etc.

Este control es lo que debemos enseñar a nuestros alumnos cotidianamente. La disciplina, las reglas y los procedimientos en los colegios no solo buscan facilitar la convivencia y el aprendizaje, sino que también cumplen una función central en la formación del autocontrol y la postergación de las gratificaciones.

Esta charla nos muestra la importancia de aprender desde pequeños a postergar la gratificación inmediata, es decir,  a auto-controlarse ya que hacerlo tiene importantes consecuencias en la vida adulta.